viernes, 29 de mayo de 2015

“EL ABURRIMIENTO Y VACÍO PSÍQUICO EN LOS NIÑOS”


En el abordaje psicológico de niños observamos dos tipos de rebeldías muy habituales:

1) una rebeldía de tipo oposicionista en la que niño cuestiona todo y canaliza su propia hostilidad y…
 2) una rebeldía más pasiva en la que el niño pierde el interés respecto de los estímulos del mundo social / escolar. Es una rebeldía caracterizada por el aburrimiento, quizás no tan advertida por padres y maestros, al no ser tan evidente como el oposicionismo activo.

De allí que en tratamiento de niños en el contexto escolar nos enfrenta a una serie de fenómenos complejos, en donde uno de ellos es el estado de aburrimiento y el vacío psíquico.

CONCEPTUALIZACIÓN DEL ABURRIMIENTO

Para algunos autores el aburrimiento tiene la característica propia de la tendencia anti-social, y hay quienes por el contrario lo definen  como un ingrediente imprescindible de la  vida, planteando que es  una emoción ambigua y compleja. Otros autores definen el aburrimiento como equivalente de la depresión en el niño, describiendo entonces al fracaso escolar  como expresión de la depresión infantil y en donde el aburrimiento es un equivalente depresivo.

El aburrimiento tiene dos manifestaciones: una más ligada con el sentimiento de injusticia y humillación y la otra con la vivencia de vacío psíquico. Esta última relacionada con desajustes en las funciones ejecutivas  presentes en los procesos de simbolización y de vinculación.

Para los niños  el aburrimiento viene asociado a un distorsionado sentimiento de injusticia, en el que la actividad escolar y las rutinas de casa son para él un  “estar preso”; y como están “presos” en una obligación que perciben como impuesta, estos niños se bloquean  frente a la situación del aprendizaje, mostrando  una conducta oposicionista pasiva frente a sus adultos.

Estas conductas de oposición pasiva, vienen acompañadas de sentimientos de vacío y somnolencia  frente al estímulo escolar, pudiendo vincularse también con  una expresión corporal  de inquietud desmedida y necesidad de salir del aula a destiempo.

CARACTERISTICAS  DEL PROCESAMIENTO DEL ABURRIMIENTO (COMO EXPRESIÓN DE LA REBELDÍA)  EN EL CONTEXTO ESCOLAR:

• Los niños se quedan dormidos o su equivalente: somnolencia, apatía frente a la situación de aprendizaje.

• Mecanismo de fuga: los niños salen del aula constantemente.

• Tendencia a la violencia con sus pares, provocación permanente


• Los niños arman peleas entre sus pares porque fracasa el mecanismo de fuga.


Podríamos pensar entonces  que los niños están aburridos por que les ha faltado un “un algo” que desde su autonomía, independencia y autoestima, estimule el interés para descubrir al mundo, por eso observamos que los niños suelen despertar y enfocar rápidamente sus intereses  hacia la realidad cuando a través del trabajo terapéutico redescubren sus capacidades de autoeficacia  y seguridad





martes, 26 de mayo de 2015

TRASTORNO NEGATIVISTA DESAFIANTE Y TDAH

Los niños con TND tienen un patrón de comportamiento colérico, violento y disruptivo hacia sus padres, cuidadores y otras figuras con autoridad. Antes de la pubertad, el TND es más común en los chicos, pero después tiene la misma incidencia en ambos sexos. Es frecuente esta situación de doble diagnóstico de TDAH y TND; se estima que el 40 por ciento de los niños con TDAH tienen TND.

El vínculo impulsivo/desafiante

Para entender por qué se da con tanta frecuencia el TND en niños con TDAH, debemos conocer las dos dimensiones del trastorno, sus componentes emocional y social, dice Barkley. La frustración, la impaciencia y la ira son parte del componente emocional. Las peleas y el desafío rotundo, del componente social.

La mayoría de los niños con TDAH son impulsivos; esto lleva al componente emocional del TND. “En las personas con TDAH, las emociones se expresan de forma inmediata, mientras que las demás son capaces de contener sus sentimientos”, dice Barkley. Por eso el pequeño subgrupo de niños con TDAH de tipo inatento es menos propenso a desarrollar TND. Los niños que tienen TDAH y una intensa impulsividad son proclives a presentar TND.

La ira y la frustración son difíciles de manejar en un niño con TND y TDAH, pero es el desafío lo que dispara el estrés familiar causado por el TND. Lo sorprendente es que los padres alimentan ese desafío. Si un padre se apresura a ceder en cuanto el niño tiene una rabieta, éste aprende que puede manipular las situaciones enfadándose y provocando una pelea. Este aspecto del TND es un comportamiento aprendido, que se puede desaprender mediante la terapia conductual.

Primero el TDAH, luego el TND

Antes de abordar el TND de un niño es importante controlar su TDAH, ya que cuando reducimos la hiperactividad, la impulsividad y la inatención de un niño, hay mayor probabilidad de observar una mejoría simultánea de la conducta negativista, aunque en ocasiones se hace necesario el apoyo medicamentoso del psiquiatra infantil.

Aunque hay pocas evidencias que demuestren la eficacia de cualquier tratamiento para el TND, la mayoría de los profesionales está de acuerdo en que la terapia conductual tiene el mayor potencial para ayudar. Hay muchas formas de terapia conductual, pero el criterio general es recompensar el buen comportamiento y aplicar consecuencias de forma coherente ante actos y comportamientos inapropiados.

Los programas de terapia conductual no empiezan con el niño, sino con el adulto. Dado que el niño con TND suele tener un cuidador que cede a las rabietas y conductas violentas o aplica castigos poco consistentes ante el mal comportamiento, el niño cree que portándose mal consigue lo que quiere. Por lo tanto, hay que enseñar a ese cuidador principal a responder eficazmente al niño con TND. Otra parte de la formación de los padres es averiguar si uno de los padres tiene un TDAH sin diagnosticar; un adulto afectado por el trastorno puede ser poco coherente al gestionar la conducta del niño.

Aplicar los castigos de forma sistemática es tan sólo parte de un programa de terapia conductual; los padres deben aprender a usar el refuerzo positivo cuando el niño se porta bien.Lo mas importante  es que el adulto cuidador se comprometa a seguir la secuencia y pauta terapeutica. Y aun mas importante es no esperar recuperaciones  instantaneas.


Manejo del Trastorno Negativista Desafiante: algunos consejos

1. “Di una palabra amable para contrarrestar un episodio de ira.”

2. “Grábale cuando está despotricando y haz que luego se escuche.”

3. “Un tercio de vigilancia, un tercio de constancia y un tercio de estructura y orden.”

4. “¡Disciplina! Deja de ser el mejor amigo de tu hijo con TND y empieza a educarle.”

5. “¡Mantén la calma! Cuando se esté desahogando, no alimentes el fuego.”


6. “Tómate tu tiempo, no digas algo que luego lamentarás.”

7. “Contacta con especialistas en psicologia que  te ayuden a  “entender” el TND. Eso cambiará sus vidas por completo.”



Padres en Positivo

Ser Padres en esta epoca vertiginosa es un reto¡¡¡ Aquí comparto con ustedes, artículos y material interesante para apoyarles en este desafío cotidiano. Geraima Espinoza F.