lunes, 22 de junio de 2015

ESTABLECER LÍMITES EN LOS NIÑOS CON TDAH

Los padres de niños con TDAH tienen un panorama desafiante más no imposible, al establecer reglamentos a su comportamiento.
Es importante considerar los siguientes aspectos al momento de establecer límites: 

· No sentirnos culpables de poner los límites y mucho menos de aplicar la consecuencia lógica. Esta debe reparar el daño y ser congruente con la edad. Las reglas o rutinas que se establezcan no deben confundir a los niños si la flexibilidad varía un día a otro.

· No permitir la falta de respeto y la lucha de poderes. Por tanto, evitar establecer una orden anteponiendo “Yo quiero” “Yo lo ordeno”

· No amenazar sobre “se lo voy a decir a tu padre”, “te voy a castigar” (y no lo hacemos)

· No suplicar, no pedir “por favor”, ya que se pierde la autoridad, nos ven vulnerables, débiles.

· No gritar: los mueve el miedo, la violencia genera violencia. Sin embargo, es oportuno establecer órdenes con frases cortas y precisas (ej. No es lo mismo indicar “pórtate bien” a “puedes salir a jugar de 5 a 7 de la tarde”

· Acompañar lo que digo (7%), con mi postura corporal (55%) y tono de voz (38%). Se sugiere establecer una orden enfatizando que comportamiento es el adecuado y el esperado por los padres: Ej. No es lo mismo indicar “no corras” a “cruza la calle de manera tranquila y observa ambos lados de la calle”

· No manipular: a través des la culpa. Ej. “me estas enfermando”

· No sobornar, ni chantajear.

· Establecer una consecuencia positiva o negativa al límite señalado, y aplicarla en caso de que SI o NO se cumpla respectivamente.

· Pregonar con el ejemplo. Estar calmados, hablar tranquilamente, mantener el autocontrol en las emociones.

· Dar alternativas donde el niño pueda elegir pero dentro de mis límites. Ej. Vamos a una fiesta escoge entre estos 2 vestidos.

· En la adolescencia hay que negociar pero no dejarnos ganar y perder el control y la autoridad. Esto los hace sentir que sus padres son flexibles, confiables, comprensivos y que mantienen la autoridad.

Para concluir, para los padres el establecimiento de límites sugiere considerar las expectativas sobre sus hijos como algo realista, acorde a su etapa de desarrollo y características individuales.
Es oportuno no caer en exigencias extremas pues motivan a que el niño esté en constante estrés y sentirá que no cumplen con las expectativas, consiguiendo entonces una baja autoestima.

Las rutinas conformadas por cada familia, en función de lo que va surgiendo, le fomentaran actuar de la forma más óptima ante circunstancias o problemas de la vida cotidiana.

Basado en un artículo de http://serpadres.com

miércoles, 10 de junio de 2015

Entender el TDAH es el primer paso


Entender el TDAH es el primer paso que debe dar cualquiera que trate en su día a día con personas que lo padecen y que quiera ayudarles.

¿Qué es el TDAH?

TDAH son las siglas del Trastorno por Déficit de Atención y/o Hiperactividad. Y quiero empezar por esto aunque a algunos os resulte más que obvio y conocido, por un detalle del nombre en el que no siempre nos fijamos todos. Dice “y/o Hiperactividad” y esto supone que no toda persona con TDAH es “Hiperactiva” ni “Inatenta”, sino que depende de los síntomas que presente el tipo de TDAH en el que la incluyamos.

¿Y qué tipos hay?

Pues en función de los síntomas que más predominen, el TDAH puede ser:
Con Predominio de Inatención
Con Predominio de Hiperactividad e Impulsividad
Con Existencia de ambos tipos de síntomas

¿Por qué ocurre el TDAH? ¿Cuándo empieza?

Puedo decirles sin ningún dificultad que con el TDAH se nace en la inmensa mayoría de los casos, no se hace. Esto se debe a que el origen del problema es una predisposición genética, es decir, que se hereda.
Lo que se hereda es una tendencia a presentar un desarrollo madurativo más lento de las áreas de las áreas del cerebro que controlan la atención, la hiperactividad y la impulsividad.
Ahora saben por qué digo que Entender el TDAH es el Primer Paso. Uno nace con unos determinados genes y estos, en función del ambiente en que se desarrolla cada persona, pueden influir de forma muy importante en la aparición del problema.

Esto hace que desde pequeña una persona con TDAH tenga un funcionamiento de su cerebro y por lo tanto un comportamiento diferente al que estamos acostumbrados. Por eso hay muchas ocasiones en la que no entendemos por qué hacen algunas cosas o por qué se comportan de cierta manera. Como familia de alguien con TDAH, hace falta entender cómo funciona su cerebro y cómo ve el mundo para poder ayudarle mejor.
Pero también hay algunas situaciones graves que pueden provocarlo. ¿Cómo es esto? Pues esto se debe a que las áreas del cerebro implicadas en el TDAH están muy bien determinadas y se sabe que cualquier lesión que les afecte puede provocar los síntomas de TDAH como por ejemplo una falta de oxígeno al nacer, un traumatismo craneal grave…

¿Qué síntomas provoca?

En el TDAH pueden aparecer los síntomas descritos en las líneas anteriores en diferentes proporciones.
Se les llama síntomas “nucleares”

 El Déficit de Atención y las dificultades de concentración es uno de los problemas principales de TDAH. En general, afecta a la capacidad de rendimiento académico o profesional según la edad. Aparece desde el principio aunque no siempre podamos detectarlo pronto. ¿Y por qué es difícil de detectar? Pues porque cuando los niños son pequeños lo que más llama la atención es la hiperactividad. Debemos tener cuidado porque cuando aparece el Déficit de Atención sin Hiperactividad, es habitual que haya un importante retraso en el diagnóstico y por lo tanto, consecuencias muy negativas en el ámbito escolar.
En general estos niños son catalogados por sus profesores y padres como niños listos pero “vagos” o “flojos”, con poca motivación.

La Hiperactividad provoca generalmente problemas de relaciones sociales a cualquier edad.
Cuando son pequeño son muy “intensos” en su contacto físico, insisten mucho en sus ideas, no dejan jugar a los demás… y esto hace que los demás e cansen con facilidad de ellos y los rechacen. No los invitan a los cumpleaños, no quiere jugar con ellos… y esto les hace pasar mucho tiempo solos. Esto los desmoraliza.
En los adultos la Hiperactividad es percibida como ansiedad, inquietud y esto tampoco es bien percibido por el entorno, ya sea familiar o profesional. La familia y en especial la pareja tienen la sensación de que su marido o su  mujer siempre está sin parar, no se relaja y eso predispone y altera. En el trabajo la situación puede ser insostenible.

La Impulsividad es especialmente grave en la pubertad y la adolescencia. Todos los padres sabemos  que en esta edad las cosas se ponen complicadas con cualquier muchacho, pero con los que tienen TDAH, la cosa puede salirse de todo parámetro.

A esa edad, la evolución sin una detección temprana y un tratamiento precoz lleva aparejados generalmente problemas importantes en los resultados académicos, las relaciones sociales y la relación con los padres.
Esta situación prolongada en los años mina la moral de los chicos y les lleva a asumir su “papel” de malos estudiantes, craduras, flojos… hasta llegar a creérselo y no plantearse que cambiarlo sea posible.
Si además esta situación  está unida a unos hábitos familiares inadecuados. Excesiva permisividad, miedo de la familia a las reacciones del chico, ausencia de consecuencias por las malas conductas… el Joven  tiene un importante refuerzo  para mantener sus rutinas y ninguna motivación para cambiarlas.

Esto desencadena con frecuencia en rechazo al problema y por supuesto,  el negarse  al tratamiento. No quieren cambiar el “rol de tirano” que se han ganado en estos años.

Las Comorbilidades

Además de los síntomas “nucleares”, también pueden aparecer otros problemas añadidos, ya sean derivados de los anteriores o porque aparezcan a la vez. A estos síntomas acompañantes se les llama “comorbilidades” y a veces son más importantes y provocan más consecuencias que los propios síntomas “nucleares”
– Trastornos del aprendizaje
– Trastornos de Conducta
– Trastornos del Ánimo
– Trastornos del Sueño
– Tics
– Trastorno de Coordinación

¿Cómo se diagnostica? 
Pues el diagnóstico es “clínico” es decir, depende de la pericia y experiencia del profesional que evalúa al paciente y del cumplimiento de una serie de criterios de diagnósticos que están definidos muy claramente en el DSM5.

El DSM5 es el Manual de Clasificación de Enfermedades que establece los criterios necesarios para el diagnóstico de multitud de trastornos y a través del cual debemos hacer la evaluación de nuestros pacientes.


El resumen de todo esto es que si el profesional que le atiende conoce bien el problema tendrá muchas más opciones de tener un diagnóstico acerado. Por lo tanto. Seleccione bien al profesional, pida referencias, contacta con asociaciones de familiares que te puedan informar y recomendar.

Fuente: Manuel Antonio Fernandez- Neuro Pediatra

domingo, 7 de junio de 2015

TDAH Y CÓMO DEBEN MANEJARLO LOS MAESTROS

Aproximadamente por cada 20 niños existe un alumno con Trastorno por Déficit de Atención, de manera que todo maestro debe estar preparado para conocer este trastorno y su manejo. Es en la escuela donde el niño puede pasar los peores o los mejores momentos de su vida como TDAH.
La experiencia con un mal maestro puede ser devastadora para un niño con este problema o bien una gran ventaja, por lo que si tienes un hijo con TDAH, es importante que revises la siguiente información y se la hagas llegar a sus maestros:

1.- El niño con Trastorno por Déficit de Atención debe ser tratado como tal: El maestro no debe esperar que el niño se comporte “normal”

2.- Un manejo adecuado de la situación en clase: Básicamente consiste en manejar dos tipos de comportamientos distintos en donde se debe diferenciar el comportamiento incorrecto deliberado del problema de hiperactividad y distracción que en ocasiones escapan del control del niño, y no deben sancionarse. Es aquí donde las habilidades pedagógicas del maestro deben hacerse  notar.

3.-Prevención de problemas: Para ayudarlo a controlar la hiperactividad se puede poner al niño a hacer tareas motoras dentro del salón, como sacar punta a los lápices, o  hacer encargos para el docente. Es ayudarle a drenar csu necesidad orgánica y kinestésica de moverse.
Una buena estrategia puede ser el  ubicar al niño con TDAH al frente del salón, y lejos de distractores como la ventana. También es positivo el descubrir en qué es bueno y maximizar el empleo de esta aptitud.  Y dentro de la jornada es beneficioso mantener visibles las normas del aula y recordatorios específicos que ayude al niño a ubicarse y enfocarse en sus actividades.

4.- Dirección especial para el niño: El niño con TDAH necesita un poco más de atención. Hay que revisar su trabajo con mayor frecuencia ya que el elogio y la gratificación inmediata son los mecanismos que generaran los cambios positivos. Al darle instrucciones trae mejores resultados acercarnos a él luego de dar las instrucciones generales repitiéndolas de manera más concreta y sencilla.

5.- La relación con los padres del niño: Los padres no son la causa del TDAH, sin embargo la educación del niño no está sólo a cargo del maestro; el niño debe ser educado y reforzado también en casa, brindándole el apoyo terapéutico adecuado. Además los padres deberán tomar en cuenta que el maestro tiene a su cargo otros alumnos y que no puede darle toda la atención a un solo niño, por lo que como padres deberán estar atentos a colaborar con el  docente

6.- Hay que conocer sobre el proceso terapéutico del niño: La información que proporciona el maestro es esencial, por lo que deberá enviar informaciones regulares o hablar con los padres sobre el comportamiento del niño.
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viernes, 29 de mayo de 2015

“EL ABURRIMIENTO Y VACÍO PSÍQUICO EN LOS NIÑOS”


En el abordaje psicológico de niños observamos dos tipos de rebeldías muy habituales:

1) una rebeldía de tipo oposicionista en la que niño cuestiona todo y canaliza su propia hostilidad y…
 2) una rebeldía más pasiva en la que el niño pierde el interés respecto de los estímulos del mundo social / escolar. Es una rebeldía caracterizada por el aburrimiento, quizás no tan advertida por padres y maestros, al no ser tan evidente como el oposicionismo activo.

De allí que en tratamiento de niños en el contexto escolar nos enfrenta a una serie de fenómenos complejos, en donde uno de ellos es el estado de aburrimiento y el vacío psíquico.

CONCEPTUALIZACIÓN DEL ABURRIMIENTO

Para algunos autores el aburrimiento tiene la característica propia de la tendencia anti-social, y hay quienes por el contrario lo definen  como un ingrediente imprescindible de la  vida, planteando que es  una emoción ambigua y compleja. Otros autores definen el aburrimiento como equivalente de la depresión en el niño, describiendo entonces al fracaso escolar  como expresión de la depresión infantil y en donde el aburrimiento es un equivalente depresivo.

El aburrimiento tiene dos manifestaciones: una más ligada con el sentimiento de injusticia y humillación y la otra con la vivencia de vacío psíquico. Esta última relacionada con desajustes en las funciones ejecutivas  presentes en los procesos de simbolización y de vinculación.

Para los niños  el aburrimiento viene asociado a un distorsionado sentimiento de injusticia, en el que la actividad escolar y las rutinas de casa son para él un  “estar preso”; y como están “presos” en una obligación que perciben como impuesta, estos niños se bloquean  frente a la situación del aprendizaje, mostrando  una conducta oposicionista pasiva frente a sus adultos.

Estas conductas de oposición pasiva, vienen acompañadas de sentimientos de vacío y somnolencia  frente al estímulo escolar, pudiendo vincularse también con  una expresión corporal  de inquietud desmedida y necesidad de salir del aula a destiempo.

CARACTERISTICAS  DEL PROCESAMIENTO DEL ABURRIMIENTO (COMO EXPRESIÓN DE LA REBELDÍA)  EN EL CONTEXTO ESCOLAR:

• Los niños se quedan dormidos o su equivalente: somnolencia, apatía frente a la situación de aprendizaje.

• Mecanismo de fuga: los niños salen del aula constantemente.

• Tendencia a la violencia con sus pares, provocación permanente


• Los niños arman peleas entre sus pares porque fracasa el mecanismo de fuga.


Podríamos pensar entonces  que los niños están aburridos por que les ha faltado un “un algo” que desde su autonomía, independencia y autoestima, estimule el interés para descubrir al mundo, por eso observamos que los niños suelen despertar y enfocar rápidamente sus intereses  hacia la realidad cuando a través del trabajo terapéutico redescubren sus capacidades de autoeficacia  y seguridad





martes, 26 de mayo de 2015

TRASTORNO NEGATIVISTA DESAFIANTE Y TDAH

Los niños con TND tienen un patrón de comportamiento colérico, violento y disruptivo hacia sus padres, cuidadores y otras figuras con autoridad. Antes de la pubertad, el TND es más común en los chicos, pero después tiene la misma incidencia en ambos sexos. Es frecuente esta situación de doble diagnóstico de TDAH y TND; se estima que el 40 por ciento de los niños con TDAH tienen TND.

El vínculo impulsivo/desafiante

Para entender por qué se da con tanta frecuencia el TND en niños con TDAH, debemos conocer las dos dimensiones del trastorno, sus componentes emocional y social, dice Barkley. La frustración, la impaciencia y la ira son parte del componente emocional. Las peleas y el desafío rotundo, del componente social.

La mayoría de los niños con TDAH son impulsivos; esto lleva al componente emocional del TND. “En las personas con TDAH, las emociones se expresan de forma inmediata, mientras que las demás son capaces de contener sus sentimientos”, dice Barkley. Por eso el pequeño subgrupo de niños con TDAH de tipo inatento es menos propenso a desarrollar TND. Los niños que tienen TDAH y una intensa impulsividad son proclives a presentar TND.

La ira y la frustración son difíciles de manejar en un niño con TND y TDAH, pero es el desafío lo que dispara el estrés familiar causado por el TND. Lo sorprendente es que los padres alimentan ese desafío. Si un padre se apresura a ceder en cuanto el niño tiene una rabieta, éste aprende que puede manipular las situaciones enfadándose y provocando una pelea. Este aspecto del TND es un comportamiento aprendido, que se puede desaprender mediante la terapia conductual.

Primero el TDAH, luego el TND

Antes de abordar el TND de un niño es importante controlar su TDAH, ya que cuando reducimos la hiperactividad, la impulsividad y la inatención de un niño, hay mayor probabilidad de observar una mejoría simultánea de la conducta negativista, aunque en ocasiones se hace necesario el apoyo medicamentoso del psiquiatra infantil.

Aunque hay pocas evidencias que demuestren la eficacia de cualquier tratamiento para el TND, la mayoría de los profesionales está de acuerdo en que la terapia conductual tiene el mayor potencial para ayudar. Hay muchas formas de terapia conductual, pero el criterio general es recompensar el buen comportamiento y aplicar consecuencias de forma coherente ante actos y comportamientos inapropiados.

Los programas de terapia conductual no empiezan con el niño, sino con el adulto. Dado que el niño con TND suele tener un cuidador que cede a las rabietas y conductas violentas o aplica castigos poco consistentes ante el mal comportamiento, el niño cree que portándose mal consigue lo que quiere. Por lo tanto, hay que enseñar a ese cuidador principal a responder eficazmente al niño con TND. Otra parte de la formación de los padres es averiguar si uno de los padres tiene un TDAH sin diagnosticar; un adulto afectado por el trastorno puede ser poco coherente al gestionar la conducta del niño.

Aplicar los castigos de forma sistemática es tan sólo parte de un programa de terapia conductual; los padres deben aprender a usar el refuerzo positivo cuando el niño se porta bien.Lo mas importante  es que el adulto cuidador se comprometa a seguir la secuencia y pauta terapeutica. Y aun mas importante es no esperar recuperaciones  instantaneas.


Manejo del Trastorno Negativista Desafiante: algunos consejos

1. “Di una palabra amable para contrarrestar un episodio de ira.”

2. “Grábale cuando está despotricando y haz que luego se escuche.”

3. “Un tercio de vigilancia, un tercio de constancia y un tercio de estructura y orden.”

4. “¡Disciplina! Deja de ser el mejor amigo de tu hijo con TND y empieza a educarle.”

5. “¡Mantén la calma! Cuando se esté desahogando, no alimentes el fuego.”


6. “Tómate tu tiempo, no digas algo que luego lamentarás.”

7. “Contacta con especialistas en psicologia que  te ayuden a  “entender” el TND. Eso cambiará sus vidas por completo.”



martes, 10 de junio de 2014


FACTORES NECESARIOS PARA LA ADQUISICIÓN DE LA LECTOESCRITURA




El aprendizaje de la lectura y la escritura es uno de los aprendizajes más difíciles a que se va a someter el niño de seis años, por lo que necesita de cierta madurez en diferentes áreas para llevar a cabo dicho aprendizaje. Si no existen las condiciones psicomotoras necesarias para enfrentarlo, el escolar estará expuesto al fracaso, miedo, ansiedad, frustración que atentarán contra el éxito de su aprendizaje; no solo de la lectoescritura sino en el resto de las áreas de conocimientos.

El lenguaje escrito supera al oral en cuanto a funcionabilidad y complejidad, su base psicofisiológica es el resultado de la reorganización del mismo sistema funcional.
Está representado por dos procesos: lectura y escritura, los cuales utilizan los mismos códigos, la grafía y ambos aunque se diferencian se autocondicionan, permitiendo uno la realización del otro.

Para el aprendizaje de lectoescritura, sucede lo mismo que con cualquier otro aprendizaje, es necesario que el niño alcance una madurez, sin la cual no se puede iniciar dichas tareas. Esta madurez sería posible solo con la actualización de los factores que intervienen en la adquisición y desarrollo de lectoescritura.
Los adultos , en ocasiones cometemos el error de llevar al niño a enfrentarse al aprendizaje de la lectoescritura sin tener las condiciones para acometer dicho aprendizaje, provocando problemas al leer y escribir que contribuyen a la repitencia, al fracaso escolar y a la desmotivación por el estudio, con repercusión desfavorable en el resto de las asignaturas.
De ahí la importancia de crear las condiciones necesarias para acometer dicho aprendizaje, para lograr de forma exitosa su adquisición y desarrollo.

La estructura psicofisiológica de la escritura y de la lectura, está representada por dos niveles:
I- El nivel sensomotor que garantiza la técnica de los procesos, o sea, saber leer y saber escribir.
II- El nivel semántico que garantiza que el lenguaje escrito se convierta en una forma especial de la actividad verbal, es decir, en un medio de comunicación.

Niveles de la escritura. El primer nivel está representado por diferentes eslabones:
El análisis de la composición sonora de la palabra: distinguir o extraer los sonidos aislados, convertirlos en fonemas estables, dándole su orden y sucesión en la palabra.
Correlacionar cada sonido aislado con la grafía correspondiente: codificar la imagen auditiva en imagen visual (relación fonema – grafema).
La recodificación de la imagen visual de las letras en los rasgos gráficos correspondientes, que se realiza mediante una serie de movimientos consecutivos de la mano.

En este nivel se garantiza la copia y el dictado.
El segundo nivel, el semántico, es el que permite la realización espontánea de la escritura, respondiendo a una idea o un motivo surgido, haciendo uso de códigos semánticos, sintácticos y gramaticales.

Al principio el concepto de maduración, era puramente biológico, pero se ha analizado que este solo explica procesos fisiológicos. Sin embargo, existen otros procesos que encierran principalmente un componente psíquico, rebasando por tanto el concepto biológico y analizándose una maduración biopsicosocial (biológica, psicológica y social).

Con respecto al aprendizaje de la lectura y la escritura, es necesario que el escolar alcance una madurez, sin la cual no se pueden iniciar dichas tareas, y esta madurez sería posible solo con la estimulacion y reajuste  de los factores que intervienen en la adquisición y desarrollo de ambos; y en donde   las condiciones o factores que se deben desarrollar para alcanzar el nivel madurativo para la adquisición y desarrollo de la lectura y la escritura son :

- Lenguaje.
- Nivel mental.
- Perceptivo.
- Psicomotriz.
- Factores emocionales.

Cuando exista un desarrollo adecuado de estos factores, se estará en presencia del nivel madurativo necesario para la adquisición de estos procesos.
Por consiguiente ninguna enseñanza deberá comenzar antes de haberse conseguido dicha madurez, ya que supondría un esfuerzo por encima de las posibilidades reales del escolar, lo que podría provocar frustraciones, así como rechazo a las tareas escolares. Desde las etapas precedentes debe realizarse un trabajo preventivo que garantice el acceso a los códigos del lenguaje escrito.

Padres en Positivo

Ser Padres en esta epoca vertiginosa es un reto¡¡¡ Aquí comparto con ustedes, artículos y material interesante para apoyarles en este desafío cotidiano. Geraima Espinoza F.