Los niños con TND tienen un patrón de comportamiento
colérico, violento y disruptivo hacia sus padres, cuidadores y otras figuras
con autoridad. Antes de la pubertad, el TND es más común en los chicos, pero
después tiene la misma incidencia en ambos sexos. Es frecuente esta situación
de doble diagnóstico de TDAH y TND; se estima que el 40 por ciento de los niños
con TDAH tienen TND.
El vínculo impulsivo/desafiante
Para entender por qué se da con tanta frecuencia el TND en
niños con TDAH, debemos conocer las dos dimensiones del trastorno, sus
componentes emocional y social, dice Barkley. La frustración, la impaciencia y
la ira son parte del componente emocional. Las peleas y el desafío rotundo, del
componente social.
La mayoría de los niños con TDAH son impulsivos; esto lleva
al componente emocional del TND. “En las personas con TDAH, las emociones se
expresan de forma inmediata, mientras que las demás son capaces de contener sus
sentimientos”, dice Barkley. Por eso el pequeño subgrupo de niños con TDAH de
tipo inatento es menos propenso a desarrollar TND. Los niños que tienen TDAH y
una intensa impulsividad son proclives a presentar TND.
La ira y la frustración son difíciles de manejar en un niño
con TND y TDAH, pero es el desafío lo que dispara el estrés familiar causado
por el TND. Lo sorprendente es que los padres alimentan ese desafío. Si un
padre se apresura a ceder en cuanto el niño tiene una rabieta, éste aprende que
puede manipular las situaciones enfadándose y provocando una pelea. Este
aspecto del TND es un comportamiento aprendido, que se puede desaprender
mediante la terapia conductual.
Primero el TDAH, luego el TND
Antes de abordar el TND de un niño es importante controlar
su TDAH, ya que cuando reducimos la hiperactividad, la impulsividad y la
inatención de un niño, hay mayor probabilidad de observar una mejoría
simultánea de la conducta negativista, aunque en ocasiones se hace necesario el
apoyo medicamentoso del psiquiatra infantil.
Aunque hay pocas evidencias que demuestren la eficacia de
cualquier tratamiento para el TND, la mayoría de los profesionales está de
acuerdo en que la terapia conductual tiene el mayor potencial para ayudar. Hay
muchas formas de terapia conductual, pero el criterio general es recompensar el
buen comportamiento y aplicar consecuencias de forma coherente ante actos y
comportamientos inapropiados.
Los programas de terapia conductual no empiezan con el niño,
sino con el adulto. Dado que el niño con TND suele tener un cuidador que cede a
las rabietas y conductas violentas o aplica castigos poco consistentes ante el
mal comportamiento, el niño cree que portándose mal consigue lo que quiere. Por
lo tanto, hay que enseñar a ese cuidador principal a responder eficazmente al
niño con TND. Otra parte de la formación de los padres es averiguar si uno de
los padres tiene un TDAH sin diagnosticar; un adulto afectado por el trastorno
puede ser poco coherente al gestionar la conducta del niño.
Aplicar los castigos de forma sistemática es tan sólo parte
de un programa de terapia conductual; los padres deben aprender a usar el
refuerzo positivo cuando el niño se porta bien.Lo mas importante es que
el adulto cuidador se comprometa a seguir la secuencia y pauta terapeutica. Y
aun mas importante es no esperar recuperaciones instantaneas.
Manejo del Trastorno Negativista Desafiante: algunos
consejos
1. “Di una palabra amable para contrarrestar un episodio de
ira.”
2. “Grábale cuando está despotricando y haz que luego se
escuche.”
3. “Un tercio de vigilancia, un tercio de constancia y un
tercio de estructura y orden.”
4. “¡Disciplina! Deja de ser el mejor amigo de tu hijo con
TND y empieza a educarle.”
5. “¡Mantén la calma! Cuando se esté desahogando, no
alimentes el fuego.”
6. “Tómate tu tiempo, no digas algo que luego lamentarás.”
7. “Contacta con especialistas en psicologia que te
ayuden a “entender” el TND. Eso cambiará sus vidas por completo.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario