sábado, 31 de agosto de 2013

LA IMPORTANCIA DE APRENDER A LEER Y ESCRIBIR


Nos hemos acostumbrado a pensar que la lectura y escritura son aprendizajes mecánicos y puramente instrumentales, pero en realidad son aprendizajes fundamentales cuya transferencia cognitiva y afectiva va mucho más allá de lo que podríamos imaginar; por algo, a nivel universal, se consideran tres aprendizajes esenciales para la vida: la lectura, la escritura y el pensamiento lógico-matemático. 
 
Estas habilidades son herramientas importantes para desarrollar niveles cada vez más elaborados de pensamiento, comunicación e interacción positiva con los demás y con el medio, además de que son instrumentos muy valiosos para aprender, seguir estudiando y seguir aprendiendo.
 
En el mundo actual la capacidad para aprender a lo largo de toda la vida es no sólo una necesidad, por la velocidad con que avanza la ciencia y la tecnología, sino que es también un derecho de todos, que tiene que ver con la equidad que tanto necesitamos para acortar las brechas que existen en nuestro país.
 
Garantizar estos aprendizajes en todos los alumnos de nuestras escuelas se convierte en un compromiso socio- político y ético primordial, que estamos en obligación de cumplir. De otro lado, el arrollador avance de la tecnología en el campo de la comunicación y de la información, llevó a argumentar, en algún momento, que la imagen y la palabra hablada reemplazarían ventajosamente a la lectura y la escritura; sin embargo, la realidad demuestra que la habilidad lectora y la producción escrita cobran mayor vigencia en el mundo globalizado, donde el acceso a la información llega principalmente por escrito a través del Internet, un medio cada vez más generalizado.
 
Pero no basta con leer mecánicamente, más importante es desarrollar las habilidades que permitan comprender, seleccionar, organizar, procesar y utilizar la información; de lo que se deduce que el uso de sistemas informáticos requiere la aplicación de habilidades lectoras, de escritura y de pensamiento lógico, cada vez más desarrolladas.

La Lectura, entre otras cosas, es importante para: 

∗ Desarrollar la atención y concentración. 

∗ Desarrollar la capacidad de decodificación y comprensión de mensajes. 

∗ Ayudar al descentramiento, es decir, salir de sí para ponerse en el lugar del otro. 

∗ Tener actitud dialógica para escuchar y aprender de los demás. 

∗ Ponernos en contacto con nuestra propia interioridad ya que es, por lo general, una actividad personal, silenciosa, que confronta permanentemente otras ideas y sentimientos con las de uno mismo. 

∗ Ser, además, un vehículo indispensable para ponerse en contacto con el mundo, con el conocimiento, otras realidades, con el pasado, diversas opiniones, etc. No todo lo podemos ver y comprobar por nosotros mismos, gran parte de información nos llega por escrito (periódicos, revistas, libros, internet). 


∗ Ponerse en contacto con todo lo anterior, permitiendo al lector ampliar su panorama y desarrollar criterios para comprender e interpretar su propia realidad. 

∗ Estar actualizados, en esta época en que los avances científicos y tecnológicos avanzan rápidamente, quien no lee queda desfasado.


Fuente : Aprendizaje de la lectoescritura. Leonor Romero. Fe y Alegría.

 http://es.slideshare.net/marrisan/aprendizaje-de-la-lectoescritura-leonor-romero-fe-y-alegra-cap-123

viernes, 23 de agosto de 2013

CÓMO PODEMOS AYUDAR A UN NIÑO CON TDAH.



 Es especialmente difícil ser el padre de un niño que está lleno de actividades descontroladas, ocasiona desórdenes, coge rabietas y no escucha ni sigue instrucciones.

Los padres a menudo se sienten impotentes y sin recursos. Los métodos usuales de disciplina tales como diálogo y razonamiento, no funcionan con estos niños, porque en realidad no es capaz de autocontrolarse. Ante la repetición de situaciones estresantes, los padres reaccionamos con manotones, castigos desmesurados, ridiculizaciones, comparaciones con sus hermanos o compañeros, gritos por pura desesperación, etc. Entonces nos culpamos a nosotros mismos por no ser mejores padres. 

Una vez que se diagnostica y el niño recibe tratamiento, gran parte de esta frustración tanto de los padres como de sus hijos, comienza a desvanecerse.

Es importante ayudarle a que se descubra qué tiene de especial, cuáles son sus habilidades y sus limitaciones, usar mensajes y refuerzos positivos, confiar en él y demostrárselo.

Es necesario ,simplificar y estructurar las tareas, ayudarle a que haga las cosas paso a paso, con metas alcanzables y realistas, asegurarse de que las instrucciones son comprendidas, procurar que todo esté organizado y siempre en el mismo sitio, funcionar con rutinas. Recordar que los padres somos  un ejemplo y modelo para nuestros hijos.

A continuación  una serie de estrategias que pueden ser útiles para ayudarles:

-No atender a movimientos incontrolados para favorecer su extinción y no ser reforzados.

-Reforzar el permanecer sentado, en silencio y escuchando.

-Utilizar el control externo en situaciones más difíciles.

-Dejar claras las recompensas y que sea atractivas.

-Alabarles la conclusión de las tareas para mejorar la motivación.

-Propiciar las situaciones y las consecuencias.
-Pensar soluciones alternativas.

-Explicarle si su comportamiento ha sido correcto o no.

-Reforzar el resultado y el método utilizado y hacer que lo analice y piense.

-Hacer que comprenda que el éxito es suyo y no por el azar. El resultado es producto de su esfuerzo.

-Que imagine causas y consecuencias.

-Empezar con una baja exigencia e ir  aumentándola

-No etiquetar ni hacer juicios de valor sobre sus actuaciones, en ocasiones no pueden evitarlo.

-Destacar sus cualidades y habilidades.

-Reforzar la psicomotricidad, por ej: recortando, coloreando, etc.

-En los impulsivos o hiperactivos enseñarles a hacer tareas a cámara lenta.

-Dejarle que explique sus conductas y los hechos.

-Mostrar los puntos fuertes, no sólo los débiles.

-No sermonear , evite caer en  los monólogos.

-Normas claras y puntuales

-Indique y explique las normas de una en una para evitar el bloqueo y el olvido.

-Perdonar los errores, por ej. decirle " mañana seguro que sale mejor".

-Enseñarle a que se perdone a sí mismo.

-Potenciarle una destreza o cualidad.

-Entrenar conductas positivas, hacer peticiones, pedir ayuda, dar gracias y admitir errores.

-Dar las instrucciones  de forma clara, cortas y formuladas sencillamente.

-Cuando  su hijo se descontrole, no actúe  usted de forma contradictoria.

-Sea coherente con la aplicación de las normas.

-No ceda  después de muchas súplicas, pensará que se ha salido con la suya.

-Tenga cuidado, los castigos exagerados se suelen poner en momentos de rabia. No ponga castigos prolongados; que sean leves e inmediatos.

-No modifique los castigos. Una vez puestos hay que cumplirlos.


 Fuente: ANSHDA- Asociación TDAH Madrid

miércoles, 21 de agosto de 2013

Consecuencias de gritar a los niños



A la larga un abuso de la fuerza conlleva un sufrimiento del niño y un deterioro de su autoestima, ya que no se siente valorado ni querido por sus padres y le impide establecer una relación cálida y afectiva con ellos. Por el contrario, puede convertirse en un eterno rebelde que desafía continuamente a la autoridad y al que se le va a ir incrementando la frecuencia y la intensidad de los insultos, las amenazas o los castigos, llegando incluso a los malos tratos psíquicos y físicos, extremo que hay que evitar a toda costa. 
Y además le puede provocar sentimientos de revancha y rebeldía e inducir a la agresividad, ya que está sufriendo en sus propias carnes un modelo inadecuado que le parece injusto, lo que aumenta la probabilidad de que él lo aplique a su vez con los más débiles, bien a corto plazo con hermanos y compañeros o a largo plazo con niños, pareja o subordinados en el trabajo, por ejemplo.

Establecer límites y normas desde que son pequeños es la clave para conseguir conductas adecuadas. Tan dañino es el exceso de permisividad sobreprotección como la aplicación continua de sanciones. A la larga da mejores resultados recompensar las buenas conductas e intentar buscar alternativas a los actos menos adecuados. Para ello, hay que explicarles con claridad lo que se espera de ellos, enseñarles cómo lo deben hacer, darles el tiempo necesario para ejercitarlo, valorar sus esfuerzos y aplaudir cada uno de sus pequeños logros con elogios, atención, afecto y compañía. Solo así conseguirán alcanzar la madurez y ser responsables.

Lo que hay que evitar a la hora de educar a un niño
* Ceder después de decir no.
* Entrar en contradicción el padre y la madre.
* No escucharlos.
* Exigir la perfección y éxitos inmediatos, sin proporcionarles un tiempo de aprendizaje.
* No cumplir las promesas y los castigos.
* Amenazar y chantajear.
* Utilizar etiquetas con adjetivos «descalificativos».
* Generalizar con expresiones como «siempre» y «nunca».
* Sacar los trapos sucios en vez de centrarse en la situación actual.
Sugerencias útiles para evitar disgustos
* Al comenzar la jornada tomarse el tiempo necesario para evitar las prisas.
* Establecer rutinas diarias que permitan fomentar hábitos básicos: aseo, orden, respeto, responsabilidad, etc.
* Dejar claras las reglas importantes y no enfrascarse en disputas que no valen la pena. «¡Hay que abrigarse! Da igual que elija el jersey rojo o el verde».
* A la hora de poner límites, hay que centrarse más en lo que el niño puede hacer que en la prohibición.
* El juego del niño es importante para él, por lo que hay que darle indicaciones que le permitan terminar lo que está haciendo.
* Tratarle y pedirle las cosas con respeto, tienen sentimientos igual que nosotros.
* Evitar hacer comparaciones entre hermanos o conocidos.
* Ayudarlo a tomar decisiones.
* Predicar con el ejemplo, de forma que las palabras y los hechos tengan coherencia.
* No criticar a la autoridad: pareja, profesores, abuelos, Gobierno, etc.
* Construir sobre los aciertos del niño y no criticar sus debilidades, de forma que encuentre sentido al esfuerzo.
* Dejar hacer al niño lo que esté en su mano.
* Confiar en él.
* Reconocer los propios errores y admitir otros puntos de vista.
  Fuente :Virginia González. Psicóloga 

martes, 20 de agosto de 2013

EXIGIR AL HIJO CUMPLIR LOS DESEOS PATERNOS



Conociendo La Psicologia
 · A 19 les gusta esto
Hace 10 horas · 
  • EXIGIR AL HIJO CUMPLIR LOS DESEOS PATERNOS
    Pedirle al hijo que sea un sabelotodo, o extraterrestre omnipotente, o campeón en cierto deporte es un pedimento fantasioso y descontrolador. Pues se le está exigiendo algo que no está de inmediato ni fácilmente a su alcance normalmente, se le está creando un sentimiento de incapacidad y frustración, que podría ser compensado asumiendo una actitud contraria o tomando una manera de actuar que ante su grupo de pares le resulta desintegradora y le dificulta la relación con los compañeros, los amigos y con los demás.

    Se trata de una distorsión paterna de los medios que e permitirán al hijo hacerse responsable de su adecuada educación y formación de forma tal que le suministre la forma más apropiada para desenvolverse en su ambiente. Este es un proceso personal y social que solamente el propio individuo puede realizar por sí mismo. .
     
    Con esa manera inadecuada de manejar la conducta presente y futura del hijo se obtendrán resultados inesperados, sorpresivos y quizás desagradables. Pero si como padres se asumen la orientación correspondiente a la realidad del hijo, se le estará encaminando a que haga las cosas comprendiendo racionalmente el por qué, que acepte gustoso cualquier límite, que sepa certeramente todo lo que le viene bien y lo que le perjudica, que sepa decidir por sí mismo. Que sepa cuándo abrir la puerta para ir a jugar, para trabajar y para las demás actividades.
     
    En la evolución social los padres heredaron y crecieron con reglas educativas en las que los hijos vivían sometidos al arbitrio incontrolado de sus padres, para luego extenderlo a los de cualquier actividad de mayor importancia. Eran unas bases sociales en que la "autoridad" es omnipotente y no se puede eludir de ninguna forma y que ahora son obsoletas. Las nuevas generaciones han crecido en un nuevo esquema social, de obligaciones y derechos iguales para todos. El papel de los padres está en establecer normas y límites apropiados a la época, la familia, la escuela y la sociedad. No radica en determinar los caminos a seguir, las metas a lograr, dejando a un lado los intereses, los gustos, habilidades y aptitudes del hijo. 
     
    Al cambiar a una educación que contempla al niño como persona individual, con necesidades y decisiones propias, con derecho a la explicación y comprensión etc., se modifica la” autoridad avasalladora y sin derecho a discusión”, se evitan desobediencias y enfrentamientos molestos, se convierten en padres comprensivos, amables con concepto claros de las responsabilidades, deberes y prohibiciones que como hijo debe tener, las cuales son entendidas y aceptadas por el propio niño.
     
    La posición paterna anterior y antigua es inútil, pues la propia maduración evolutiva del niño, los amigos, medios y la sociedad en general le están inculcando algo distinto a las exigencias de su hogar. Al llegar a la adolescencia carecerá del desarrollo intelectual abstracto, del afectivo, de autonomía, del social, de pertenencia - independencia como para hacer los discernimientos que le corresponde hacer que haga. Y los costos de esta posición de los padres llegar a ser muy elevados y se han originado consecuencias que pudieron haberse evitado. Todavía se está a tiempo de rectificar y tomar el rumbo adecuado al momento.
    Afianzarse a las fantasías de omnipotencia, en las que entonces el hijo seguirá y hará las cosas y el esfuerzo para complacer a sus padres y obtener su aprobación, siempre implican un riego con el consecuente polo de consecuencias futuras inesperadas y hasta desagradables.
     
    Si bien el conjugar todo esto parece tarea difícil, no lo es tanto si se simplifican, con toda la capacidad adulta, las cosas. Una buena ayuda es tener presente siempre esta trilogía parental necesaria para la educación infantil y adolescente: *IDEAS CLARAS, *LIMITES PRECISOS, y *ACUERDOS MUTUOS.
     
    Refiriéndose específicamente al deporte, serían lo último sin cómo padres desmotivaran la práctica deportiva a su hijo. De hecho, desearían que más niños se alejaran de sus computadoras, dejaran a un lado sus IPods y teléfonos celulares y los innumerables riegos y peligros que se encuentren en el medio social y dedicaran más tiempo y energía a la actividad física y al deporte. Sin embargo, para algunos niños, el problema es el opuesto al sedentarismo. Motivados por sus padres y entrenadores, quienes le presentan visiones de gloria y becas. Sienten que están siendo empujados -o se empujan a sí mismos- al punto de un desajuste emocional, conductual, adaptivo o cognitivo. Al ver que no está siendo como su papá espera y exige surge en el niño sentimientos de incapacidad, de baja autoestima, de inestabilidad emocional. Sería conveniente modificar esta situación y hacerlo aceptarse y creer en él como un individuo capaz y dispuesto a enfrentarse a los retos y dificultades que surgen en la vida, sin que ello disminuya el aprecio y el cariño de sus padres.

    Elaborado por: Dr. Lorenzo Rubín Paradisi, (Ph.D.)
    GRUPO CLINICO NEUROPSICOLOGICO RUBIN
     Publicado en:
     Conociendo La Psicologia
    https://www.facebook.com/pages/Conociendo-La-Psicologia/393650887403647

lunes, 19 de agosto de 2013

COMO ADULTO RESPONSABLE ¿ME HE ESFORZADO EN CREAR PARA LOS MIOS UN AMBIENTE FAMILIAR POSITIVO?




 UNA BUENA CONVIVENCIA NECESITA DE UN AMBIENTE FAMILIAR POSITIVO, QUE SE CARACTERIZA POR:
- Los miembros reconocen y respetan las características de cada uno.
- Existe una comunicación fluida y respetuosa entre los integrantes.
- Cada uno se siente querido incondicionalmente y puede manifestar
   su cariño por los otros.
- Hay instancias para compartir en familia y para disfrutar juntos.
- Existe respeto a la intimidad y a la propia identidad.

 UNA BUENA CONVIVENCIA FAMILIAR NECESITA DE UNA DISCIPLINA BASADA EN EL RESPETO, EN LA QUE:
- Hay normas y límites razonables, claros y conocidos por todos.
- Los adultos ejercen la autoridad con cariño y firmeza.
- Los integrantes de la familia se tratan bien entre sí.

 LOS  PADRES QUE PROTEGEN A SUS HIJOS E HIJAS, SON AQUELLOS QUE:
- Entregan afecto, generan una relación de confianza y buena comunicación.
- Conocen los problemas, intereses y necesidades de sus niños y niñas.
- Saben dónde están sus hijos e hijas.
- Enfrentan los conflictos familiares sin violencia ni descalificaciones.
- No usan la violencia (gritos, castigo físico) como método de disciplina.
- Están conectados a una red familiar o social de apoyo.

 Fuente :MANUAL PARA EL TRABAJO CON FAMILIAS -UNICEF

viernes, 16 de agosto de 2013


TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD

¿ Qué es la hiperactividad?

Prácticamente todos hemos oído y utilizado más de una vez el término hiperactivo, por lo general, como un calificativo más o menos benigno con el que nos hemos referido a aquellos niños que presentaban una actividad motriz por encima de lo normal. Este uso popular del término ha hecho que asociemos al niño hiperactivo con un niño malcriado, travieso o con graves problemas de conducta.

Los profesionales del campo de la psicopatología infantil, al utilizar este término, se refieren a un cuadro sintomatológico de base neurológica que puede degenerar en problemas importantes, pero que poco tiene que ver con el niño travieso o malcriado al que nos referíamos y que, sólo en algunos casos, puede ser asociado a problemas de conducta.

¿Cómo es entonces un niño hiperactivo?

En realidad, cuando se habla de un niño hiperactivo nos referimos a lo que la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) en su Manual de Diagnóstico Estadístico ha denominado con un nombre más largo y mucho más específico: DESORDEN POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD.
El término hiperactivo se utiliza en textos sobretodo de psicopatología infantil como una abreviatura algo confusa. El déficit de atención con y sin hiperactividad afecta a niños muy diversos.

EL EFECTO "BOLA DE NIEVE" DEL DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD

El déficit de atención con hiperactividad, a pesar de tener en su base una sintomatología aparentemente simple (problemas de atención, impulsividad e hiperactividad motriz), cuando no se subsana con la intervención adecuada, puede generar problemas muy importantes. ¿ Cómo sucede esto así?

Para empezar, los problemas de atención, la impulsividad y la inquietud motriz, son tres características incompatibles con el buen rendimiento escolar y con el comportamiento que se exige en el contexto escolar. No es de extrañar, por tanto, que si al niño le cuesta rendir y centrarse en clase, su comportamiento resulte del todo inadecuado )se levanta, no termina tareas, etc.).

Si tenemos en cuenta que el rendimiento escolar es la primera prueba de valía persona que experimenta el niño y que de la aceptación de los compañeros de clase depende que el niño tenga una buena o mala autoimagen social, comprenderemos las repercusiones que esta sintomatología va teniendo en el desarrollo de su personalidad.

No es extraño, pues, comprobar cómo a medida que avanzan los años, los niños no tratados adecuadamente no sólo acentúan su sintomatología inicial, sino que, además, observan inadaptación escolar, problemas de conducta, autoimagen negativa, una imagen de sí mismo (autoconcepto) errónea (se hipervalora o se infravalora) y en algunos casos hasta síntomas depresivos.

Debido a este efecto bola de nieve, los problemas derivados de la hiperactividad infantil son tanto más fáciles de encauzar cuanto más pronto se inicia la intervención.


Fuente: Atendiendo Necesidades.   Autor  de este articulo: Isabel Orjales Villar

jueves, 15 de agosto de 2013

ALGUNAS PAUTAS PARA AFRONTAR EL TDAH 

Afrontar el TDAH adecuadamente es una tarea compleja. Desde el principio nuestro objetivo es ayudarle y mejorar su calidad de vida. Además del tratamiento farmacológico, psicológico y psicopedagógico, los padres tenemos un papel muy importante. Hay ciertas pautas y consejos que pueden ayudarnos como padres:
1- Hablar con claridad. Las instrucciones deben ser claras y sencillas para que pueda realizar la tarea con éxito.

2- No dar más de una instrucción cada vez. Si lo que necesitamos de él o ella es complicado, dividir las instrucciones en varias más cortas. El éxito en las tareas es primordial ya que mejora su autoestima y motivación.

3- Explicarles siempre el por qué.

4- Muchas veces los niños/as con TDAH no escuchan lo que les decimos o se distraen cuando hablamos. Debemos asegurarnos de repetir la instrucción junto a ellos ( no sirve hacer indicaciones desde un extremo de una habitación , . sin engancharnos en que debe mantener el contacto visual mientras les hablamos, en ocasiones puede ser de utilidad tocarlos suavemente mientras les hablamos , también podemos pedirles que nos repitan las instrucciones dadas para asegurarnos de que las han entendido (sin desesperarnos por su respuesta impaciente o inadecuada).

5- Escucharlos con interés y atención, se trata de entender qué necesitan, qué sienten, qué son… y sin una buena escucha esto no es posible. Aunque nos estén hablando de su comiquita favorita…¿si no les leemos o jugamos con ellos , y pasan su tiempo libre frente al televisor de que otra cosa podrían hablarnos?

6- Las rutinas y horarios regulares son muy importantes para los niños/as con TDAH. Les ayudan a organizarse, a controlar el tiempo, con el tiempo se automatizan de manera que forman parte de su vida. Rutinas y horarios son esenciales también para las tareas.

7- Tener una agenda les ayuda mucho, en ella pueden organizar sus actividades, apuntar las tareas que tienen que hacer. Las agendas son importantes para el colegio ya que permiten la comunicación entre el profesor/es y los padres y ayudan a que no se olviden de las tareas asignadas.

8- La supervisión es esencial para estos chicos y chicas, evita que se pierda demasiado tiempo en las tareas. Podemos fomentar su autonomía poco a poco, pero siempre teniendo en cuenta que se necesitara supervisión… hasta que sean adultos.

9- Es importante establecer rutinas para hacer las tareas en un mismo lugar.

10- El ambiente de trabajo también es importante. Se necesita trabajar en un lugar ordenado, bien iluminado, ventilado y sin distracciones, asegurándonos de que antes de sentarnos a realizar los deberes tenemos todo lo necesario.

11- A la hora de realizar las tareas es mejor realizarlas antes del juego, de esta manera aprovechamos más sus potenciales y podemos usar el juego como reforzador y motivador para la tarea. En cuanto a que tareas hacer antes y cuales después siempre depende de las características de cada niño. Como norma general es importante que las primeras tareas les permitan tener éxito relativamente fácil para motivarlos, de manera que lo ideal no es empezar por lo más complicado. Otro factor a tener en cuenta es que el cansancio se va acumulando y en los chicos y chicas con TDAH afecta muy negativamente, de manera que no suele ser lo ideal dejar lo más complicado para el final pues estarán cansados y no rendirán bien.

12- Durante las tareas debemos programar descansos, fraccionar las tareas y usar tiempos de estudio o trabajo más cortos. El tiempo debe ser suficiente y adecuado, ajustarnos a sus necesidades y a su ritmo, teniendo en cuenta siempre sus dificultades. Cuando hacer la tarea nos lleva demasiado tiempo debemos plantearnos si la cantidad de tarea que llevamos es demasiada para él o si las rutinas o tiempos de ejecución y descanso son adecuados.

13- Preparar con antelación lo de día siguiente, como la mochila y los materiales y tareas.

14- Es muy importante que reforcemos cada conducta positiva de manera inmediata. Se trata mantenernos atentos a todas las conductas positivas y los avances y felicitarle por pequeños que sean. Una sonrisa, una palabra de elogio (bien, genial…), una palmadita en la espalda, una caricia…

15- Premiar más y castigar menos, evitar el refuerzo negativo (reprimendas y castigos) siempre que sea posible. Debemos evitar que se genere una situación de castigo continuo que a su vez sea motivo para otro castigo. El constante control sobre estos niños y las constantes reprimendas hacen que su día a día sea muy complicado de manera que muchas veces es mejor ignorar las conductas negativas o infracciones menores (siempre que no sean peligrosas) para centrarnos en premiar y elogiar todo lo positivo. Debemos comprender que necesitan mayor supervisión.

16- Es importante que tomemos consciencia de las capacidades reales del niño o niña en cada momento y no lo empujarlo más allá. Debemos entender y aceptar las limitaciones que tengan y entender que lo que hace no se debe a una intencionalidad, muchas veces el hecho que no hagan aquello que se les pide no se debe a que no quieran sino que es debido a los déficits en sus funciones ejecutivas cerebrales. A su vez, tenemos que ser conscientes de las habilidades y de los aspectos positivos de los niños y niñas. A veces sólo nos fijamos en los errores y fallos y pasamos por alto sus habilidades y virtudes.

17- Diferenciar entre las conductas voluntarias y las involuntarias, los castigos aplicados a las acciones voluntarias deberían ser consecuencias lógicas de sus actos.

18- Cuando decidimos usar el castigo debemos evitar aquellos que son demasiado prolongados ya que son contraproducentes y de escasa eficacia. Siempre será mejor la ausencia de premio que el castigo en sí.

19- Evitar llamadas de atención en público. Nos disculpamos con el adulto presente , nos retiramos del lugar , y solas con el niño se procede al regaño y a la sanción. 

20- No podemos ser muy genéricos en nuestras observaciones o peticiones. No sirve de nada decirle que se porte bien, este es un término demasiado genérico para cualquier niño y aún más para un niño/a con TDAH. Es preciso acotar más aquello que queremos y comunicárselo de forma precisa, se trata de decirles que comportamientos consideramos aceptables y cuáles no.

21- Es muy importante cambiar los refuerzos, sobre todo los positivos, con frecuencia; así tendremos más potencia en los estímulos positivos que usamos para promover la conducta adecuada y evitamos la tendencia a habituarse a los estímulos y su consiguiente pérdida de fuerza.

22- Las normas son esenciales para una buena convivencia en cualquier familia. Debemos establecer normas claras, hacer que las normas estén visible mediante carteles ayudará mucho al niño o niña. Las normas deben ser claras, breves y precisas. Es importante no intentar implementar muchas la mismo tiempo, debemos ir poco a poco, cuando tenga las primeras asumidas sustituirlas por otras que nos falten.
No podemos hacer que los castigos y las normas dependan de nuestro estado de ánimo porque origina confusión en el niño, debemos ser coherentes.

23- Establecer consecuencias positivas o negativas claras, ellos necesitan saber bien cuales van a ser las consecuencias de sus conductas. Estas consecuencias deben darse de forma inmediata y consecuente. Debemos mantener las consecuencias negativas proporcionadas a las negativas, siempre dejando un plazo razonable antes de usar las negativas. Se trata de usar más lo positivo que lo negativo.

24- Si tenemos que reprobar una conducta, lo mejor es poner en práctica formatos positivos. Por ejemplo, en vez de decir: “No me grites” o “Hables en ese tono” usted podría decirle: “Desearía seguir conversando contigo de esto cuando me hables en voz baja y estés calmado”.

25- Asignarles tareas del hogar ayudará al niño o niña a sentirse una parte importante de la familia, les ayudará a aprender a organizarse y a tomar responsabilidad.

26- El niño/a con TDAH carece de perspectiva de futuro por lo que los cambios pueden afectarles de manera importante, es conveniente anticiparlos. Debemos intentar comunicar los cambios en las rutinas y horarios para que pueda afrontarlos y adaptarse a ellos.

27- Muchos niños con TDAH tienen problemas específicos en la lectura o la escritura, incluso en ambos, debemos organizar las tareas especialmente complicadas para el niño de manera que les motiven y no les creen una carga adicional que pueda hacer que rechacen las tareas.

28- Los estímulos intensos suelen molestarlos o activarlos haciendo que respondan de manera más exagerada, es conveniente evitar ruidos fuertes o gritos por ejemplo.

29- Debemos recordar y tener en cuenta que ante ciertas situaciones su comportamiento puede descontrolarse y ser peor, esto ocurre sobre todo en situaciones que se alejan de las rutinas diarias y de los horarios y que además suponen una intensidad estimular mayor. El hecho de que exista menor control aumenta el problema. Estas situaciones pueden ser reuniones familiares, cumpleaños, etc.… Anticipar y programar pueden ser la clave para superarlas con éxito.

30- El deporte es muy bueno para los chicos y chicas porque les ayuda tanto en la atención como en la hiperactividad, fomenta las relaciones sociales y es una actividad placentera y buena para su salud física también. Todas las actividades extraescolares serán beneficiosas siempre que les gusten, les motiven y fomenten así su autoestima y motivación. También podemos alentar las actividades creativas, ligadas a todas las formas artísticas: pintura, dibujo, música, etcétera; pero en contextos estructurados.

31- Si el niño tiende a ser oposicionista y argumenta en exceso en vez de seguir instrucciones, no debemos alentar este comportamiento, no debemos permitir esos largos comentarios y tomar distancia, esperando otro momento para continuar el diálogo.

32- Los movimientos ociosos que no perturben o sean peligrosos no deben ser bloqueados. A la larga el niño/a fallará en conseguir lo que queremos y simplemente habrá aumentado su nivel de frustración. Lo importante es concentrarnos en restringir sólo lo que es necesario. Podemos ayudar a nuestro hijo o hija a manejar la tendencia que tiene de querer tocarlo todo, por ejemplo, proporcionándole un objeto o juguete para manipular en las situaciones que debe permanecer mucho tiempo sentado o quieto, cuando hablamos con él puede ser útil también que tenga algo en las manos .

33- Restringir la cantidad de tiempo en que pasa frente a la televisión o vídeo – juegos, es importante, debemos establecer un límite horario, siempre y cuando el tiempo que no le dedique a esto sea sustituido por otras actividades supervisadas por el adulto.

34- No abandone el tratamiento psicológico ya que el TDAH es crónico, aunque la hiperactividad pueda disminuir en la adolescencia, tanto el déficit de atención como la impulsividad y otros factores como los déficits en las funciones ejecutivas, continúan hasta la edad adulta. Es importante tener este factor en cuenta para evaluar la situación de forma correcta y efectiva.

35- El niño tiene que saber que siempre vamos a estar con él para ayudarle y apoyarle. Asegurarnos de que sabe que lo aceptamos tal como es. 

Fuente: Organizacion Atimana- Tenerife -España

martes, 13 de agosto de 2013


BAJA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN EN EL TDAH
La mayoría de los seres humanos experimentamos cierta frustración cada día, ya que es natural que los obstáculos interfieran en nuestros planes y objetivos. Sin embargo, no es la presencia de la frustración la que nos hace sentir mal, sino nuestra actitud hacia ella.

Hasta hace muy poco, se mantenía el concepto de que la frustración era negativa para los niños y que, por lo tanto, todo lo que se hiciera para evitarla era altamente recomendable.
Por el contrario, hoy en día se considera que es necesario algún nivel de frustración para la formación del carácter en el contexto de un crecimiento emocional sano, que permita un manejo asertivo de la realidad adulta. 

¿QUÉ ES LA FRUSTRACIÓN?

Se refiere a la vivencia emocional ante una situación en la que un deseo, un proyecto o una necesidad no se satisface o no se cumple.

Cuando decimos que una persona tiene tolerancia a la frustración, internamente lo que tiene es un grado de fortaleza y cierto equilibrio interior que le permite continuar desarrollándose, a pesar de la frustración,  y utiliza recursos emocionales propios para aceptar el hecho, manteniendo una posición positiva y activa en relación con las circunstancias del entorno. De esta manera, necesitará de una frustración muy alta para que se muestre o descargue agresividad hacia fuera o hacia sí mismo (autoagresión), se asuste o se deprima.

Así, cuando decimos que un niño/a tiene baja tolerancia a la frustración ante una situación mínima o pequeña, se asusta, se enfada y se muestra hostil, se pone triste o se desmotiva en su trabajo.

Algunos niños/as tienden a desanimarse pronto y, cuando se les obliga, reaccionan con comportamientos desadaptativos: llantos, rebelión, negativismo, etc. Pueden adoptar una postura de total negativismo hacia el trabajo escolar, rebelándose frente a la autoridad del maestro/a. Otros niños/as expresan su rabia encerrándose en sí mismos, estrujando los papeles, rompiéndolos o mostrando una actitud mucho más agresiva. El colegio debe ser un lugar estimulante y el aprendizaje debe ser un proceso positivo, no un generador de grandes presiones. Sin embargo, cuando las expectativas de la escuela no están sincronizadas con las aptitudes del escolar, o cuando un niño/a que normalmente se las arregla bien muestra signos de frustración, significa que algo está interfiriendo.

La forma en la que el niño/a percibe esa frustración, incrementada en ocasiones por la presión que se ejerce sobre el niño/a, es la que determinará el nivel de insatisfacción. El problema nace de nuestra actitud ante la frustración, no de la presencia de la frustración en sí. La forma en la que el niño perciba esta frustración es la que va a determinar cómo va a sentirse cuando se encuentre bloqueado al querer alcanzar esa meta. Sin embargo, recordemos que los niños/as con TDAH tienen muchas experiencias de fracaso a lo largo del día. Aunque, si en el seno familiar, evitamos al niño/a todas las situaciones de insatisfacción, el niño/a no tendrá el entrenamiento necesario para manejar la frustración y bastará la mínima experiencia frustrante para sentirse desbordado.

Lo positivo es que se puede enseñar al niño/a a controlar y a tener una respuesta más adecuada ante situaciones que habitualmente le producen esa frustración. Se puede aprender a tolerar mayores retrasos en el deseo y en la gratificación del mismo, esto es, la sensación placentera que surge cuando lo conseguimos. Cuando un padre o madre corre a darle al niño/a inmediatamente lo que demanda, está interfiriendo con un muy importante proceso de aprendizaje, que es aprender a retrasar la gratificación, tolerando la frustración.

Lo negativo es que los niños, niñas y adolescentes con TDAH tienen una dificultad para inhibir y regular sus emociones, y las viven de manera sobredimensionada. Lo mismo ocurre con la frustración, manifestándola al exterior y con mucha intensidad cuando las cosas no salen como esperaban. Además, por su déficit en dopamina, no gestionan bien el tiempo: la espera y la demora. Por ello, necesitan que las consecuencias sean inmediatas, sobre todo las gratificantes, rechazando su demora, aunque consiguieran premios mayores si esperaran. Estos niños/as tardarán más tiempo en aprender a manejar la frustración, pero debemos entrenarles.
Si cada vez que encuentran un obstáculo hacia una meta, se les anima a manejar la situación por ellos mismos, y permanecemos vigilantes para enseñarles cómo hacerlo si no lo consiguen, se les está ayudando a desarrollar la tolerancia. Además también se les enseña a postergar la gratificación inmediata y a poder conseguir una meta a largo plazo. 
CUESTIONES A TENER EN CUENTA 
  • ¿Tiene el niño/a un horario demasiado repleto? Examine las tareas que realiza, para determinar si le permite recuperarse de una tarea a otra.
  • ¿Es el niño/a demasiado perfeccionista? Algunos tienen objetivos poco razonables; otros no saben pedir ayuda o tienen miedo a pedirla.
  • ¿Puede el niño/a identificar su frustración? Si no comprende qué le está afectando, el maestro/la familia deberá mostrarle cómo identificar sus sentimientos y cómo expresarlos de manera apropiada.
  • ¿Estamos exigiéndole demasiado? Debemos tener en cuenta sus capacidades.
  • ¿Tiene el niño oportunidades para el éxito? Alterne tareas difíciles para el niño con otras más fáciles que le hagan obtener éxito seguro.

RECOMENDACIONES GENERALES
  • Ser un buen ejemplo en casa. Si en casa ve conductas similares seguirá con el mismo patrón de comportamiento. Los niños aprenden a imitar lo que ven en casa.
  • Enseñarle a identificar el sentimiento de frustracióncuando aparezca. “Estás enfadado porque no has hecho bien esta resta. Intenta hacer otra, tómate más tiempo”.
  • Empezar con pequeños pasos, con metas pequeñas. Esto le animará a seguir superándose. Además, hay que ser paciente…
  • Dejar que el niño/a haga el esfuerzo y lo intente por sí mismo. Fomentar la autonomía del niño/a en la resolución de problemas, ayudándole en la medida de lo posible, pero propiciando autonomía en el afrontamiento con la realidad.
  • Enseñarle a pedir ayuda. Mientras algunos niños/as, por diferentes motivos, tienen dificultad para pedir ayuda, otros/as la piden de inmediato y reiteradamente. Debemos enseñar al niño/a a encontrar primero la solución, planteando, de manera muy sencilla, las diferentes opciones y eligiendo la que considere más adecuada según las posibles consecuencias. Ya sabemos la dificultad que tienen los niños y niñas con TDAH para prever las consecuencias y para clasificar los elementos siguiendo el criterio de importancia pero, por esa razón, debemos entrenarles en estas situaciones, haciendo que sigan un cuadro de autoinstrucciones. Teniendo en cuenta que tienen estas dificultades, debemos enseñarles también a pedir ayuda y a esquivar, en la medida de lo posible, esa frustración: “¿Qué podrías hacer en lugar de enfadarte o de abandonar?”.
  • Modificar la tarea. Enseñarle una forma alternativa de alcanzar el objetivo. Cuando sea posible, enseñarle a dividir la tarea en pequeñas partes, realizándolas de una en una. Las partes más pequeñas les resultan más fáciles de manejar y de finalizar, aumentando su autoestima por los logros conseguidos.
  • Reforzar al niño/a cuando se acerque a “tolerar la situación”; aunque no lo consiga, reforzar el intento. Elogiarlo cuando utilice estrategias apropiadas. Establecer un sistema de recompensas para reforzarlo. Ignorar cuando aparezcan comportamientos de baja tolerancia a la frustración.
  • Reforzarle en las actividades que se le dan bien, para aumentar su autoestima al comprobar que también puede conseguir logros. Minimizar las tareas menos importantes en las que es más torpe.
  • Ayudar al niño/a a aceptar lo que no puede cambiarse.
  • Enseñarle a aceptar las críticas de los demás (de los compañeros del colegio, sus hermanos, etc.) explicarle que le ayudan a mejorar; como ocurre en el cuento del “Patito feo”, todos tenemos la posibilidad de convertirnos en cisne.
  • Jugar al role playing. La traducción literal de “role playing” es juego de interpretación de papeles. En esta dramatización se simula la situación y sus objetivos son la resolución de conflictos y la toma de decisiones, entre otros asuntos. En este caso, se representa la situación frustrante como si fuera real, planteando las diferentes opciones para solucionarlo.  Debemos animarle a que hable consigo mismo, en voz alta, de forma positiva, y a que busque una manera de resolver la situación.
  • Reforzar su identidad. Cada persona es diferente y ser distinto no significa ser peor. Esto es especialmente importante en el colegio si no se siente aceptado por sus compañeros/as..
  • Fomentar las técnicas de relajación para niños/as, ya que son útiles para disminuir las situaciones de frustración en la infancia.
  • Poner reglas y mantener la autoridad. Los niños necesitan límites claros, firmes y coherentes por parte del padre y de la madre, y de sus profesores/as. Un niño sin límites es un niño frustrado y descentrado. Para afianzar su personalidad necesita  saber qué se espera de él en cada momento.

FUENTE:

Padres en Positivo

Ser Padres en esta epoca vertiginosa es un reto¡¡¡ Aquí comparto con ustedes, artículos y material interesante para apoyarles en este desafío cotidiano. Geraima Espinoza F.