Los padres a menudo se sienten impotentes y sin recursos.
Los métodos usuales de disciplina tales como diálogo y razonamiento, no
funcionan con estos niños, porque en realidad no es capaz de
autocontrolarse. Ante la repetición de situaciones estresantes, los padres
reaccionamos con manotones, castigos desmesurados, ridiculizaciones,
comparaciones con sus hermanos o compañeros, gritos por pura desesperación,
etc. Entonces nos culpamos a nosotros mismos por no ser mejores padres.
Una vez que se diagnostica y el niño recibe tratamiento,
gran parte de esta frustración tanto de los padres como de sus hijos, comienza
a desvanecerse.
Es importante ayudarle a que se descubra qué tiene de
especial, cuáles son sus habilidades y sus limitaciones, usar mensajes y
refuerzos positivos, confiar en él y demostrárselo.
Es necesario ,simplificar y estructurar las tareas, ayudarle a que haga
las cosas paso a paso, con metas alcanzables y realistas, asegurarse de que las
instrucciones son comprendidas, procurar que todo esté organizado y siempre en
el mismo sitio, funcionar con rutinas. Recordar que los padres somos un ejemplo y modelo para nuestros hijos.
A continuación una
serie de estrategias que pueden ser útiles para ayudarles:
-No atender a movimientos incontrolados para favorecer su
extinción y no ser reforzados.
-Reforzar el permanecer sentado, en silencio y escuchando.
-Utilizar el control externo en situaciones más difíciles.
-Dejar claras las recompensas y que sea atractivas.
-Alabarles la conclusión de las tareas para mejorar la
motivación.
-Propiciar las situaciones y las consecuencias.
-Pensar soluciones alternativas.
-Explicarle si su comportamiento ha sido correcto o no.
-Reforzar el resultado y el método utilizado y hacer que lo
analice y piense.
-Hacer que comprenda que el éxito es suyo y no por el azar.
El resultado es producto de su esfuerzo.
-Que imagine causas y consecuencias.
-Empezar con una baja exigencia e ir aumentándola
-No etiquetar ni hacer juicios de valor sobre sus
actuaciones, en ocasiones no pueden evitarlo.
-Destacar sus cualidades y habilidades.
-Reforzar la psicomotricidad, por ej: recortando,
coloreando, etc.
-En los impulsivos o hiperactivos enseñarles a hacer tareas
a cámara lenta.
-Dejarle que explique sus conductas y los hechos.
-Mostrar los puntos fuertes, no sólo los débiles.
-No sermonear , evite caer en los monólogos.
-Normas claras y puntuales
-Indique y explique las normas de una en una para evitar el
bloqueo y el olvido.
-Perdonar los errores, por ej. decirle " mañana seguro
que sale mejor".
-Enseñarle a que se perdone a sí mismo.
-Potenciarle una destreza o cualidad.
-Entrenar conductas positivas, hacer peticiones, pedir
ayuda, dar gracias y admitir errores.
-Dar las instrucciones de forma clara, cortas y formuladas
sencillamente.
-Cuando su hijo se
descontrole, no actúe usted de forma
contradictoria.
-Sea coherente con la aplicación de las normas.
-No ceda después de
muchas súplicas, pensará que se ha salido con la suya.
-Tenga cuidado, los castigos exagerados se suelen poner en
momentos de rabia. No ponga castigos prolongados; que sean leves e inmediatos.
-No modifique los castigos. Una vez puestos hay que
cumplirlos.
Fuente: ANSHDA- Asociación TDAH
Madrid
No hay comentarios:
Publicar un comentario